De la doctrina Putin a la invasión de Ucrania, a cargo de Àngel Castiñeira
El profesor Àngel Castiñeira, director de la Cátedra Liderazgos y Sostenibilidad de Esade, nos ofrece una reflexión sobre la trayectoria del presidente Vladimir Putin y los intereses territoriales y económicos detrás de la invasión de Ucrania.
Los Programas de Continuidad desarrollados entre Esade Alumni y Executive Education tienen el propósito de actualizar nuestra visión del entorno y de la practica del management desde un enfoque académico. Con este objetivo, se ha iniciado un ciclo de sesiones que nos permitan analizar un cambio geopolítico y geoestratégico sin precedentes desde la caída del muro de Berlín, la guerra en Ucrania. En esta primera presentación, el profesor Castiñeira reflexiona sobre las causas para entender la doctrina Putin en su visión de conjunto.
Los inicios de la doctrina Putin
Para Àngel Castiñeira, debemos de tener en cuenta que cuando, en 1999, Putin es nombrado candidato a la presidencia contaba con 5 apoyos: la policía política, el círculo de San Petersburgo, los oligarcas, la iglesia ortodoxa y el ejército. Los logros que le han permitido mantenerse en el poder por más de dos décadas incluyen el control de Chechenia, el control de los gobernadores regionales y del Tribunal Constitucional, el control de los oligarcas, los gaseoductos, las ocupaciones territoriales y los acuerdos con China. “Si tuviera que elegir tres verbos para explicar su trayectoria serían: explorar, explotar y ocupar. Una exploración de estrategias, una explotación de recursos y una ocupación de territorios”, comentó el profesor.
Tenemos ejemplos precedentes de la actuación del presidente: ocupación de Osetia del Sur y Abjasia en 2008, Crimea y el Donbás en 2014, y su acceso a puertos del Mediterráneo a través de Siria en 2015.
En cuanto a la exploración y explotación de recursos, Rusia puede enviar hoy gas a todos los puntos del mundo y durante todo el año gracias al deshielo del Ártico, que permitirá atravesar el territorio, evitando los cuellos de botella de Panamá, Suez y Malaca, y situar a Rusia como un proveedor de energía a Europa y Asia-Pacífico.
La ampliación de la OTAN
Una situación que deja a Rusia en un lugar idóneo para recuperar peso en la escena internacional y vengar los movimientos de la OTAN en estos últimos 30 años. Según la doctrina Putin, la reunificación de Alemania no debía suponer una extensión de la OTAN hacia Rusia. Sin embargo, Polonia, Chequia y Hungría se incorporaron en 1999, lo que representa una grave provocación que reduce el nivel de confianza de Rusia. Pero las cosas no terminan aquí: ya más adelante la Alianza Atlántica respalda la independencia de Kosovo de Serbia e incluso contempla la adhesión de Georgia y Ucrania.
El pasado mes de diciembre Rusia exigió a la OTAN que retirase las promesas hechas a Ucrania y Georgia de que serían admitidas en la Alianza Atlántica, ya que esto significaba el avance de este bloque militar al este, una de las líneas rojas marcadas por el presidente ruso.
Además, Putin utiliza la declaración unilateral de independencia de Kosovo respaldada por Occidente como justificación legal para sus incursiones militares en otras exrepúblicas soviéticas.
Su doctrina geopolítica
Durante la campaña presidencial de 2011, Putin insinuó la que iba a ser su política futura y proponía restaurar la influencia perdida en los antiguos países del bloque soviético, establecer una multipolaridad en el planeta, siendo Rusia uno de esos polos, construir una Unión Económica Euroasiática para competir con la UE, extenderse al Ártico y aproximarse a China.
A partir de entonces, las líneas rojas marcadas por la administración de Barak Obama fueron traspasadas tanto en Irán como en Siria o Ucrania, y concediendo la residencia permanente a Edward Snowden sin que hubiera consecuencias. La administración Trump podría interpretarse como una pausa en esta escalada de tensión entre los Estados Unidos y Rusia, pero la realidad es que Putin continuó durante estos años con sus políticas antioccidentales e intervino en la guerra de Siria y la de Libia y siguió con la venta de armas a África. El inicio del mandato de Joe Biden, a finales de 2021, y sus primeras decisiones en política exterior permitieron a Rusia ocupar el vacío de Estados Unidos en Afganistán.
Acuerdos con China
En cuanto a Ucrania, su rechazo a formar parte de la Unión Euroasiática (a la que están adheridas Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán) es una de las frustraciones del presidente ruso; además, este país es la bisagra entre Rusia y Europa; por eso uno de los grandes protagonistas en la crisis entre Ucrania y Rusia es la OTAN.
En el estallido del conflicto, es determinante no solo el fracaso de las negociaciones con Estados Unidos para frenar la expansión de la OTAN, sino el acuerdo del 4 de febrero entre China y Rusia para el desarrollo de la Unión Económica Euroasiática, por el que acuerdan intensificar la cooperación para el desarrollo sostenible del Ártico. Ambos países se oponen a los intentos de fuerzas externas de socavar la seguridad y la estabilidad de sus regiones adyacentes comunes y rechazan una mayor ampliación de la OTAN.
Tras la exposición de Àngel Castiñeira, tuvo lugar el turno de preguntas del público, que se mostró interesado por las consecuencias del conflicto en el ámbito empresarial. “El comité de crisis empresarial debe tener un plan de contingencia preparado según su sector de actividad y si la compañía tiene presencia en el país o no. En cualquier caso, el precio del gas y el petróleo, así como de materias primas como el trigo, el maíz, la carne o los fertilizantes seguirá subiendo, al igual que la inflación, durante más tiempo del deseado”, añadió, aunque no cree posible la incorporación de más países al conflicto.