Directivo, cuida tu carrera

febrero 28, 2018 7:10 pm

La carrera del directivo está llena de curvas, algunas son positivas y llegan bien peraltadas, pero otras son auténticos obstáculos. La obsolescencia del directivo es cada vez mayor, en parte propiciada por la globalización, la transformación digital… El directivo debe tomar conciencia de que no se va a jubilar en la empresa en la que está trabajando hoy. Por lo tanto, hay que actuar. ¿Cómo lo afrontamos?

Durante el Programa de Continuidad de ESADE Alumni «Carreras directivas en tiempos globales y digitales», Xavier Mir, colaborador académico de ESADE, explicó que lo primero es no obsesionarse y trabajar duro y con pasión en lo que uno hace, porque suele tener recompensa. Sin embargo, esta recomendación tiene un pero, y es que hay que trabajar en un plan para mejorar en nuestras carreras: «Debemos dedicar un porcentaje de nuestro tiempo profesional a cuidar nuestra carrera, a cuidar nuestro jardín, porque somos el jardinero de nuestra vida y de nuestro futuro».
En realidad, según Mir, debemos trabajar en tres planes. El primero: porque las cosas no pasan solas, debemos cuidar nuestra carrera profesional. El segundo: por si no estamos en el sitio adecuado, debemos fomentar nuestra empleabilidad. Por último, debemos contar con un tercer plan que nos permita afrontar una posible discontinuidad en nuestra carrera. Veamos con detalle cada uno de estos planes.

Plan A

«Es fundamental trabajar duro y con pasión en nuestra actual ocupación, porque las cosas no suceden solas y, casi siempre, trabajar duro tiene recompensa», asegura Xavier Mir. La formación, tanto interna como externa, es importante, porque ser bueno en nuestro trabajo nos puede llevar al éxito. También debemos evitar cambiar voluntariamente de trabajo cada poco tiempo, «porque el saltamontes no está bien visto en las empresas».
No podemos olvidarnos de desarrollar la inteligencia emocional, clave para tener éxito como directivo. «Los mejores directivos no son los primeros de sus promociones, son quienes desarrollan su inteligencia emocional: inteligencia social, empatía, motivación, buena comunicación, autoestima, etc.», sugiere Mir.

Plan B

¿Qué sucede cuando no estamos trabajando en el lugar adecuado? Debemos trabajar también nuestra empleabilidad por si necesitamos cambiar. Para ello, necesitamos cuidar nuestro intelecto, nuestras relaciones y nuestra salud.
En primer lugar, debemos mantenernos al día, conectados con el mundo, y cuidar nuestro intelecto. La sociedad evoluciona rápidamente gracias a la globalización y a la transformación digital. Debemos procurar ser ciudadanos globales y entender cómo está cambiando la sociedad.
En segundo lugar, tenemos que cuidar nuestro networking. Nuestras relaciones personales, profesionales y sociales son fundamentales para mantenernos conectados al mundo en el que nos movemos, además de ser una pieza fundamental a la hora de conseguir un nuevo trabajo, por ejemplo.
Y, en tercer lugar, debemos cuidar nuestra salud. «La alta dirección es una profesión de riesgo, muy bien pagada y, cuando te va bien, es muy satisfactoria. Pero también es muy dura: estrés, falta de sueño, viajes… y el cuerpo se queja. Hay que cuidarse, hacer deporte, desconectar por vacaciones…», aconseja Xavier Mir.
Un punto adicional en este plan B es el cuidado de las finanzas personales. Mir comparó a la alta dirección con los deportistas de élite, que obtienen muchos ingresos en periodos cortos de tiempo, por lo que es fundamental planificar el futuro y saber gastar razonablemente, por lo que pueda ocurrir.

Plan D (de discontinuidad)

Ponemos en marcha este plan cuando se produce un corte en nuestra carrera. Lo primero es admitir que puede pasar antes de que ocurra. La discontinuidad está ahí y puede suceder en cualquier momento. Para Mir, encontrar trabajo es una profesión y requiere de control, contactos, paciencia y de echar mano de nuestro plan B: «Porque, si has creado un plan B, es más fácil gestionar una discontinuidad».
Como resumen y antes de abrir la participación a los asistentes a esta sesión del Programa de Continuidad, Mir recordó que hay que poner entrega y pasión al trabajo que desarrollamos en la actualidad y destinar un porcentaje de nuestro tiempo a la planificación, sin perder de vista las claves para el cuidado de nuestro jardín: inteligencia emocional, actitud curiosa, formación interna y externa, networking profesional y social, cuidado de la salud y gestión de las finanzas propias.

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