Vivir con entusiasmo
julio 27, 2016 11:55 amEl Servicio de Carreras Profesionales de ESADE Alumni realizó su sesión de clausura del curso 2015-2016 con la presencia del conocido conferenciante y formador Victor Küppers, con un gran éxito de público.
Marta Cercós (Lic&MBA 96), responsable del Servicio de Carreras Profesionales de ESADE Alumni, fue la encargada de dar la bienvenida y realizó la presentación del acto: «Desde ESADE Alumni compartimos la visión optimista de la vida de Victor Küppers. Es importante dedicar tiempo para pensar en nuestra vida y futuro, dedicar tiempo a lo que nos importa y revisar nuestros valores. Para acompañaros a revisar e impulsar vuestra carrera profesional estamos a vuestra disposición en el Servicio de Carreras Profesionales. Pensad en nosotros también como medicina preventiva, para un chequeo anual», comentó. Sobre Victor Küppers, explicó que es una persona generosa que aplica lo que predica: «Lo que diferencia a los cracks de los chusqueros es la actitud, y él es un crack».
La felicidad como estado natural
Küppers es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y doctor en Humanidades. Trabaja como formador y conferenciante y da clases de Dirección Comercial en la Universidad Internacional de Cataluña y en la Universidad de Barcelona.
«Me dedico a la formación por vocación, es un trabajo fantástico. No soy un experto ni tengo la capacidad de investigar o crear cosas nuevas; me limito a leer a los expertos, copiar las ideas que me gustan y transmitirlas. Mi ámbito de trabajo es la psicología positiva: ¿qué hacen las personas positivas? Vamos a reflexionar sobre ello, aunque todo lo que voy a explicar ya lo sabes», explicó a los presentes. Pero cuando Küppers habla del entusiasmo lo hace con entusiasmo y es su actitud el mejor ejemplo.
El estado normal de una persona sana es la felicidad, aunque no el habitual. Para Küppers la mayoría de nosotros nos hemos resignado a no vivir con alegría, aunque todos merecemos vivir con ella: «Hay personas que al cabo de dos o tres segundos de conocerlas pensamos “¡ole, ole y ole!”. Y hay otras que al conocerlas simplemente pensamos “ole”. En este sentido, somos como bombillas, transmitimos emociones. Y hay personas que van chutadas por la vida y otras fundidas», comentó.
Aprendiendo a ser personas alegres
Pero, aunque el entorno no ayude, el estado de ánimo se trabaja para tener una buena actitud. Podemos aprender a ser alegres, ponerle ilusión a las cosas pequeñas, relativizar los problemas, ser agradecidos y amables, y cada día se nos presentan 300 oportunidades para hacerlo. «Desde luego hay una parte genética que influye, pero a partir de allí es nuestra responsabilidad luchar cada día para ser la mejor persona que podemos llegar a ser. La peor excusa es decir “soy así”, porque los demás no tienen la culpa», opinó.
A lo que añadió el problema de las prisas: «Vivimos demasiado rápido, vamos como pollos sin cabeza». Para el conferenciante, cuando uno corre todo el día se centra en lo superficial y en lo urgente y olvida que lo más importante en la vida es que lo esencial sea lo más importante. «No podemos cambiar de siglo, es lo que nos ha tocado, pero uno puede aprende a gestionar su vida en este entorno que no ayuda. Para ello, hay que reivindicar momentos para la pausa y espacios para la reflexión para darnos cuenta de lo que es más importante. Y lo más importante son las personas, todos tenemos la necesidad de sentirnos queridos. Recomiendo tiempo y cariño para lo más importante que uno tiene».
Küppers también habló de la importancia de «no ser un cenizo». Porque a todos nos gusta la alegría, pero también tenemos que pensar si aportamos alegría o no.
«Uno tiene derecho a perder el ánimo, pero también debemos separar nuestros problemas en dos categorías: dramas y circunstancias a resolver. No existe una vida sin problemas, estos se acaban cuando morimos. Es tu responsabilidad elegir tu actitud. Nunca vamos a cambiar las circunstancias, pero siempre puedes elegir tu actitud. Aquí está el truco: elegir tu mejor actitud en cada momento. Así mejoras como persona y haces de tu vida una obra de arte. No es fácil, pero vale la pena», recordó al auditorio.