Campus Life

julio 2, 2019 1:44 pm

Los alumnos de ESADE comparten sus experiencias

Mi experiencia con ESADE SUD

Por Carlota Cumella de Montserrat, estudiante del Grado en Derecho y Bachelor in Global Governance de ESADE

Todo empezó con una asignatura en septiembre en la que nos embarcamos para intentar entender la cultura, historia y sistema legislativo de América Latina. Tras adquirir las nociones necesarias, hicimos unas candidaturas para que el Programa SUD (Servicio Universitario para el Desarrollo) pudiese decidir a qué parejas mandaba a qué destino. Y, tras ese proceso, Lara y yo nos subimos a un avión con destino a Costa Rica, donde pasamos dos meses realizando nuestras prácticas profesionales solidarias.

Nosotras estuvimos trabajando en las oficinas de HIAS, una ONG que se dedica a dar asistencia legal a los solicitantes de asilo. Como poco antes de nuestra llegada había estallado el conflicto en Nicaragua, había mucho trabajo que hacer. Cada mañana nos íbamos al puesto fronterizo del norte del país y atendíamos a los recién llegados para ayudarles a solicitar la condición de refugiados, conseguir el permiso laboral, etc. También visitamos comunidades marginadas y el centro de atención temporal para migrantes y ayudamos en las oficinas centrales a realizar entrevistas. Tuvimos mucho contacto con el departamento de migraciones del gobierno de Costa Rica y con ACNUR, y de la interacción entre las organizaciones y de sus distintas labores aprendimos mucho. Pudimos aportar nuestro granito de arena y colaborar en una misión dura pero preciosa.
Esta experiencia, que podría calificar como una de las mejores de mi vida, nos hizo crecer personal y profesionalmente. Teníamos muy claro que queríamos vivir el país desde dentro; conocer a la gente, sus costumbres, sus ilusiones, etc. Cuando embarcamos en nuestro avión de vuelta, nos llevamos una parte «tica» (como se llaman los costarricenses) con nosotras. En cierta manera, esta experiencia nos permitió salir de nuestras rutinas, de nuestro día a día y embarcarnos en las rutinas de los demás. Nos ha hecho darnos cuenta de que vale la pena ser amable siempre, porque uno nunca sabe la batalla que el otro está luchando. El SUD nos ha permitido tener contacto con realidades hasta ahora desconocidas, obligándonos a no perder la esencia del ser humano. Nos ha hecho prescindir de nuestras comodidades y adaptarnos a la comida y nivel de vida de Costa Rica. Pero seguramente sean esas cosas las que nos han abierto los ojos, enseñándonos que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.

European and International Tax Moot Court

Por Martina Gasch, estudiante del Grado en Derecho y Bachelor in Global Governance de ESADE

Desde hace años ESADE participa en distintos ‘moot courts’, como el ELSA o el JESSUP, pero este curso 2018-19 ha participado por primera vez en el European and International Tax Moot Court, una competición universitaria sobre tributación internacional. Como cualquier otro ‘moot court’, la competición consiste en una simulación de un juicio sobre un caso ficticio y consta de una fase escrita y una fase oral.

El equipo que representó ESADE estaba compuesto por Maria Forn, Rodrigo Alfeiran, Jaume Barbany y yo misma, Martina Gasch. Entre todos y con la ayuda de la coach, Guadalupe Díaz-Súnico, superamos la fase escrita y tuvimos la oportunidad de viajar a la ciudad de Lovaina, en Bélgica, para participar en la fase oral. Dichas fases orales se celebraron desde el lunes 18 de marzo hasta el viernes 22 de marzo de 2019.
Participar en una competición internacional como un moot court es una muy buena oportunidad para poner en práctica lo aprendido en clase y profundizar en temas por los que sientes un especial interés. Aparte de todo el conocimiento técnico que adquieres durante los meses de trabajo, también es un buen ejercicio para trabajar cómo argumentar de manera persuasiva y cómo estructurar un escrito de demanda o contestación. Por otra parte, la fase oral te permite mejorar la oratoria, te ayuda a proyectar la voz, dar sensación de seguridad e intentar persuadir al tribunal. En mi opinión, participar en un moot court ayuda a desarrollar y potenciar unas habilidades que seguramente serán muy útiles para nuestro futuro profesional.
En mi caso, hablar frente a un tribunal de expertos y encima hacerlo en inglés fue todo un reto, porque tienes que superar los miedos de quedarte en blanco, que la voz no te tiemble y que no se note que estás nerviosa, saber responder adecuadamente a las preguntas de los árbitros… Creo que pude superar mis inseguridades gracias al trabajo de preparación previa.
Pero no todo lo que rodea a un moot court es puramente académico, ya que participar en estas actividades extracurriculares te permite viajar y conocer gente de otros rincones del mundo que, pese a tener una formación jurídica muy distinta, probablemente tienen intereses similares a los tuyos. Por ejemplo, en el moot court de fiscalidad internacional, participaban universidades de países como Alemania, Estados Unidos, Brasil o Rusia, entre otros.
Personalmente, estoy muy contenta de haber participado en el moot court de fiscalidad internacional y recomiendo a cualquier estudiante que tenga curiosidad que se anime a hacerlo.