La transparencia es la clave

mayo 24, 2016 4:05 pm

Antonio Rami (Lic&MBA 09), cofundador y director de Operaciones de Kantox

Kantox es una empresa ‘fintech’ multinacional que ofrece soluciones para la gestión de divisas. Tal y como nos cuenta Antonio Rami, la ‘startup’ cuenta ya con más de 1.800 clientes que han cambiado más de 3.000 millones de dólares en más de 20 países. Sus productos permiten a sus clientes gestionar su exposición de divisas, crear estrategias de cobertura, automatizar las transacciones en divisa y procesar pagos internacionales de forma inteligente, lo que genera ahorros significativos, eficiencia y productividad con total transparencia. Además, Kantox tiene sede en Londres y está autorizada por la Financial Conduct Authority.

¿Cómo surge la idea y en qué momento se encuentra ahora la empresa?

En enero de 2010, conocí a Philippe Gelis en Deloitte. Ambos trabajamos allí como consultores financieros. Detectamos un patrón que se repetía en las distintas empresas con las que trabajábamos: la compra y venta de divisas era un servicio opaco y suponía un sobrecoste importante en las cuentas de resultados. La volatilidad de las divisas afectaba las cuentas de explotación de aquellas empresas que importaban o exportaban mercancías o servicios, pero la mayoría no tenía ni herramientas ni políticas claras de gestión del riesgo de cambio. Al analizar caso por caso, constatamos que:
-Al realizar una operación de cambio de divisas con un banco o bróker, era imposible saber de manera transparente el valor del tipo de cambio en tiempo real.
-Si bien los proveedores de divisas aseguraban no cobrar comisión por la transacción, los precios de cambio eran distintos en función del proveedor (lo que suponía que la comisión estaba escondida en el tipo de cambio ofrecido).
-Los directores financieros lo consideraban parte de las operaciones y no un gasto de las mismas, lo que desnaturalizaba el análisis financiero del coste real cuando se trataba de cambiar divisas.
A finales de ese año, en la startup Week-end, de Barcelona, conocimos a John Carbajal, y ahí comenzó a germinarse la idea de Kantox. Una vez analizada la problemática, junto con nuestro otro socio fundador, John Carbajal (CTO), trabajamos en una plataforma online que permitiera gestionar las divisas de forma no dependiente del banco. Se localizarían empresas compradoras y empresas vendedoras de divisas y se cruzarían operaciones. Cuando no hubiera contrapartes disponibles, se accedería al mercado de divisas al mayor, ofreciendo siempre un mejor precio a las empresas que el que obtendrían por parte de un banco o un bróker. Así nació Kantox.
Como anécdota, puedo explicar que el día que íbamos a crear la empresa en Reino Unido, fue un día accidentado. Íbamos en coche al aeropuerto de Tarragona, en un vuelo low cost de Ryanair, y en la autopista pinchamos. Hice el cambio de rueda más rápido de la historia y casi perdemos el vuelo, pero al final ese día nacía Kantox.

Kantox se propone ser líder del sector fintech. ¿Cómo se consigue el liderazgo?

Con el esfuerzo de un equipo comprometido con lo que hace. Creemos que es hora de redefinir la industria financiera, la cual es conocida por su opacidad y falta de innovación. En nuestro caso, decidimos apostar por aportar transparencia y adoptar nuevos modelos más eficientes y justos en la gestión de divisas, y eso es lo que nos está llevando a destacar en el sector fintech.

¿Puedes explicarnos el porqué del nombre Kantox?

Nuestro nombre está inspirado en el apellido de Georg Ferdinand Ludwig Philipp Cantor, creador de la teoría matemática de los números transfinitos que revolucionó las matemáticas a finales del siglo XIX. En la búsqueda de un nombre de empresa, queríamos hacer alusión a la naturaleza casi infinita del mercado de divisas, lo que nos llevó a elegir el apellido de Georg Cantor. Después, añadimos una X para representar FX y reemplazamos la C por la K para darle fuerza. Esta es la pequeña historia que está detrás del nombre de Kantox.

¿Cuáles han sido los mayores retos? ¿Qué has aprendido con este proyecto?

Al principio, podríamos decir que uno de los mayores retos fue conseguir los primeros clientes. Necesitábamos que confiaran en nosotros a ciegas y sin referencias previas. Inlea fue nuestro primer cliente y, a día de hoy, sigue con nosotros, así que algo bien estaremos haciendo.
Con este proyecto he aprendido a llevar la teoría de la pizarra a la realidad, bajar a la realidad de todo lo aprendido en la universidad al trabajo del día a día. También se aprende lo difícil que es construir un equipo de alto rendimiento y lo gratificante y placentero que es trabajar con ellos cuando se ha conseguido.

¿Cómo lleváis la gestión de equipos?

El equipo está creciendo a pasos agigantados, ¡prácticamente ya no cabemos en la oficina! En este último año el equipo ha crecido un 40%, ya somos más de 90.
La clave es trabajar de manera horizontal y conjunta. La interrelación entre diferentes equipos es fundamental para seguir creciendo, ya que, al compartir conocimiento, cada uno desempeña su trabajo pero con una visión global.

¿Algún consejo a los emprendedores que empiezan?

Cuando se tienen buenas ideas, hay que lanzarse y emprender, pero siempre y cuando uno se haya preparado en profundidad. Hay que prepararse mucho antes de lanzarse para garantizar que detrás del gran paso de emprender hay opciones reales. Si bien es cierto que emprender es como un iceberg, solo se ve una pequeña parte, el resto son muchas, muchas horas sin dormir, pero que al final recompensan.

¿De dónde viene tu motivación emprendedora?

El tener muy poco que perder y mucha ilusión por hacer realidad este proyecto. Nos habíamos preparado muchísimo, no fue un salto al vacío. Siempre he pensado que, si no arrancaba, lo que aprendería por el camino sería mucho más que el mejor máster de Estados Unidos y probablemente ¡sería más económico!

¿Qué te ha aportado ESADE personal y profesionalmente?

ESADE para mí y para el proyecto Kantox ha sido esencial. Me ha aportado la cultura del trabajo y las bases para entender el fundamento de la empresa. ESADE siempre ha estado al lado del viaje de Kantox. Fue para nosotros el primer sitio al que acudimos para contrastar la idea de Kantox. Nunca estaré suficientemente agradecido al profesor Josep Sayeras por todo el tiempo dedicado. Fue muy importante para nosotros cuando en 2014 tuvimos la oportunidad de presentar Kantox. Ese mismo año ganó el premio a la mejor startup por parte de ESADE y Banco Sabadell. Gracias de nuevo por ello.